Calidad del aire

Filtración de aireCalidad del aire implica directamente nuestro nivel de comodidad y salud. Además de la contaminación exterior, que tiende a ser controlada en su desarrollo, cada vez pasamos más tiempo en edificios (viviendas, oficinas, comercios, etc.) donde la actividad humana es densa y por tanto emite contaminantes. Además, si nuestro edificio está ubicado en un contexto urbano, entonces también debemos protegernos de los contaminantes externos. Por lo tanto, el papel de la ventilación y la filtración del aire es predominante.

Calidad del aire interior o IAQ por tanto, repercute en nuestra salud (asma, dolor de cabeza, etc.), en nuestro rendimiento en el trabajo (ver SBS Síndrome del Edificio Enfermo), etc. No obstante, la calidad del aire interior se rige por una norma europea EN 13779 que pretende imponer un ambiente confortable y ambiente interior saludable. También indica los niveles de filtración del aire según la situación urbana o rural.

Dado que los niveles de filtración del aire requieren un consumo energético correspondiente, la calidad del aire interior debe integrarse y optimizarse entre criterios de confort sanitario y confort térmico en un contexto de gestión energética. Está claro que cuanto más filtramos, más aire descontaminado obtenemos, pero cuanto más filtramos, más energía consumimos. El papel de los filtros y su optimización en términos de selección es ahora predominante.

Por ejemplo, un edificio puede estar equipado con un CMV de doble flujo con recuperación de energía, un sistema que filtra el aire exterior de sus contaminantes y recupera la energía del aire extraído. Optimización de la energía y la calidad del aire tendrá lugar entre las pérdidas de carga de la red con filtro y la recuperación de energía real.

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